domingo, 12 de febrero de 2017

CAMBIO REPENTINO DE UNA SITUACIÓN


El humor reside en lo inesperado, cuando se da una respuesta o una situación diferente a lo que debería pasar, rompe con nuestra lógica, nos sorprendemos y aparece el humor en cualquiera de sus formas.

 

            Groucho Marx

“Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...”

 

Es interesante  como un chiste o una acción cómica que rompe con nuestra lógica, puede rescatarnos de una situación tensa o dolorosa, pongamos otro ejemplo;

 

            Las inseguridades se apoderan de mí

            Estamos acompañando a un joven a una entrevista de trabajo, él debido a sus miedos e inseguridades gradualmente va cambiando de actitud,  al principio se      muestra optimista, pero a medida que nos acercamos comenta,  “a lo mejor hay          más personas y no me cogen...,  puede que el tío me juzgue al entrar..., seguro          que piensa que no seré capaz..., si es que seguro que es un imbécil prepotente...,          claro   como él...”

 

Los sentimientos más negativos se están apoderando de él, mostrando cada vez una actitud más agresiva y defensiva nada favorables para la entrevista. 

 

            ¿Conoces el chiste del gato?

            Un tío mientras circula  en plena noche por una carretera  solitaria se le pincha la          rueda del coche. A lo alto de una colina ve una casa, así que arma de paciencia se             dirige hacia ella. Por el camino va pensando, que si sería mejor pedir prestado un   gato, que quizás no se fiasen de dejarle entrar a llamar, que si podía despertar a            alguien que tenía que madrugar,... va caminando, y se va calentado la cabeza, que   si seguramente parecerá una excusa, que no se van a creer que no tiene batería           en el móvil, por lo que decide ofrecerle dinero por el gato, sigue caminando y     piensa que si 50 euros es demasiado, que si con 20 tiene de sobras. Cuando por       fin llega a la casa, llama al timbre y le abre un amable señor: -Buenas noche ¿Qué       desea? A lo que el conductor responde: - ¿Sabe lo que le digo? Que se meta el   gato por dónde le quepa.

 

Conseguimos por una parte llamar la atención del joven quien no espera que en ese momento le contemos un chiste, por otro romper con la tensión que se está apoderando de la situación, ya que el humor tiene la capacidad de liberar tensión, de rescatarnos de esos sentimientos negativos y a la vez  incitamos al educando a  reflexionar sobre su comportamiento. A través del chiste, puede ver lo incoherente de su comportamiento desde otra perspectiva.

 

HUMORISMO, SÁTIRA E IRONÍA


Humorismo: Su finalidad es desconcertar, para ello juega con la norma social, con los valores, podríamos decir que busca la incongruencia de aquello establecido y precisa de libertad para ser expresado, ya que encierra una crítica y no solo persigue  la risa o el divertimiento, sino que el humor promueve el pensamiento obligando a nuestra mente a entender las realidades desde otras perspectivas.

Dentro de este grupo resulta interesante destacar la “crítica humorística”, cuando el humorista comprometido con alguna causa social, consigue a través del humor mostrar por ejemplo una injusticia.

 

Sátira: Intenta ridiculizar a una persona, idea o situación, más que una finalidad de pura hilaridad o diversión, la sátira persigue la crítica a través del chiste, la caricatura, lo grotesco, lo absurdo e incluso a través del humor negro. Este tipo de humor llega a cuestionar aquello serio o incluso doloroso. Abre una puerta a ver las situaciones más arduas desde otras perspectivas. El ejemplo perfecto en literatura seria “El Quijote de la Mancha” (1605)  y en filmografía el “El gran dictador” de Charles Chaplin (1940) donde parodia al entonces líder nazi Adolf Hitler.

Actualmente podemos encontrar varios medios de comunicación que utilizan este tipo de humor, por ejemplo el programa televisivo “Polònia” o  la revista “El Jueves”, y aunque se presuma de vivir en un país democrático donde prevalece la libertad de expresión, las publicaciones de la revista han sido en varias ocasiones denunciadas. Este hecho nos lleva a reflexionar sobre la estrecha línea en la que se mueve  el humor, la dualidad que presenta entre la libertad de expresión y la ofensa.

 

“Existe un periodismo paniaguado, afecto de poder, y otro crítico que intenta explicar lo que está pasando. El humor, en este sentido, es una herramienta crítica estupenda, muy efectiva”.

Miguel Angel Sanchez Romero  director del “Intermedio”

 

Ironía: Este tipo de humor puede tener una intención agresiva; el sarcasmo, con el cual hay que tener cuidado ya que puede dañar a quien va dirigida la burla o ironía. Bergson en su tratado  “La Risa”, entiende a quien aplica la ironía como inconformista con la realidad y afirma que si “se acentúa la ironía dejándose elevar cada vez más alto por la idea del bien que debería ser, es por lo que la ironía puede recalentarse interiormente hasta volverse, en cierto sentido, elocuencia bajo presión” (2007:97).

Según la Real Academia Española la ironía es la “Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice”, por tanto en su definición no presenta ningún carácter negativo, pero requiere de tacto a la hora de llevarlo a cabo.

¿QUE SABEMOS DEL HUMOR?


“El humor es una palabra, la uso constantemente y estoy loco por ella. Algún día averiguaré su significado” Groucho Marx

 


Resulta difícil definir el humor debido a su antigüedad, tanto como la humanidad, y a su complejidad, por tanto presenta multitud de variaciones que van desde el momento histórico y cultural hasta el más particular debido a su carácter cognitivo y emocional. Cada persona vivimos el humor de forma diferente pero que a la vez nos une, convirtiéndose en un punto de encuentro social.

Si buscamos su etimología, la palabra “humor” tiene su origen de la medicina hipocrática,   en latín “humoris”  significa “líquido, humedad”. Los antiguos griegos afirmaban que en el cuerpo existían cuatro líquidos, es decir los cuatro humores, y que dependiendo del equilibrio de estas sustancias la persona estaba de “buen humor” cuando el carácter era amable y agradable, o por lo contrario  de “mal humor” cuando se presentaba irritable.

A partir del nacimiento del concepto podemos encontrar infinidad de definiciones de autores destacados de diferentes ámbitos; desde la medicina como hemos visto, desde la filosofía y desde todas las áreas psicológicas. Incluso hoy día, en las últimas publicaciones, por ejemplo el libro “Ética del humor. Fundamentos y aplicaciones de una nueva teoría ética” (2015), Juan Carlos Siruana reconoce la dificultad de definir este concepto.

Y si todos estos grandes pensadores de la historia no han conseguido una definición unánime, ¿de qué manera podemos elegir una de donde partir?

 

Garanto, quien ha analizado todas las perspectivas del humor y es considerado autor de referencia en este ámbito define el humor como “(…) el estado de ánimo más o menos persistente y estable, que baña equilibradamente los sentimientos, emociones, estado de ánimo o corporales, surgentes del contacto del individuo (corporeidad y psique) con el medio ambiente y que capacita al individuo para, tomando la distancia conveniente, relativizar críticamente toda clase de experiencias afectivas que se polaricen, bien sea hacia situaciones eufóricas, bien sea hacia situaciones depresivas.” (1983: 61).

Partiendo de que nuestro campo es el de las Ciencias Sociales, veamos otra definición que se aproxima al contexto social y personal, Rod Martin  define el humor como “... una respuesta emocional de hilaridad dentro de un contexto social, provocada por la percepción de la incongruencia lúdica, que se expresa por medio de la sonrisa y la risa” (2008:35).

El mismo autor hace un recorrido muy interesante por las diferentes teorías del humor; teoría analítica, de la superioridad, de la excitación, de la incongruencia y de la inversión, así como por sus áreas psicológicas; cognitiva, social, biológica, del desarrollo y de la personalidad.

En cuanto a los tipos de humor, nos encontramos con el mismo dilema, hay tantos tipos de humor como se quieran crear, ya que el humor es un arte, y todo arte tiene un componente infinito, y este se da a través de la imaginación de cada una de las personas, pero que curiosamente aunque nazca de lo más profundo de cada uno, pierde gran parte de su sentido si no es compartido. El humor es una experiencia social e universal.

 

“Los puntos de vista del arte y la vida son distintos aún en el mismo artista”

Franz Kafka

¿PODEMOS HACER USO DEL HUMOR COMO UNA HERRAMIENTA PARA EL EDUCADOR SOCIAL?


Para los que nos hemos embarcado en el mundo de la educación, sabemos que uno de los aspectos imprescindible es conseguir un vínculo entre educador y educando, sin esta relación, la acción educativa carece de sentido. Por ello la comunicación entre los dos sujetos debe ser desde el dialogo y no desde el monologo, es decir, evitar la jerarquía y dominación para dar paso a la relación democrática. En esta línea no podemos evitar  citar a uno de los grandes pensadores en materia de pedagogía liberadora, Paulo Freire, quien nos aproxima a la idea de la imposibilidad de la educación desde una relación unidireccional,  y dar paso a lo que él llama “Educación problematizadora”; “Así el educador es el que sabe, los educandos los que no saben, el educador el que piensa, los educandos los objetos pensados, el educador el que habla, los educandos los que escuchan dócilmente.” (2008:74). Es decir, la educación desde el dialogo, que permita la expresión  de los educandos, hacerlos partícipes del proceso educativo, la educación entendida como el proceso de liberación de la persona.

La sociedad en la que vivimos se rige por un dogmatismo donde predomina la seriedad y la norma, como afirma el psicólogo Henry Quesada; “Al parecer damos por sentado que la adultez debe traer seriedad, y con esto damos por sentado que se toma como signo de inmadurez la risa, pero paradójicamente es esta parte de la manera en que la evolución humana ha tomado para adaptarse a la realidad” (2016), más adelante entraremos en detalle sobre esta concepción, de momento basta con mencionar, que la educación no está libre de este paradigma, por ello surge la pregunta sobre el papel juega el humor.

Aun sin saber si será una herramienta eficiente para la práctica educativa, podemos observar como si que tiene un fuerte poder liberador.

sábado, 28 de enero de 2017

¿Porqué estudiar el humor?


El descubrimiento de algo parecido al arte en un campo de concentración sorprenderá bastante al profano en esta materia, pero la sorpresa será aún mayor al escuchar que también chispeaba un cierto sentido del humor; claro está, un humor apagado y, aun así, sólo durante unos breves segundos o unos escasos minutos. El humor es otra de las armas del alma en su lucha por la supervivencia. Es bien sabido que, en la existencia humana, el humor proporciona el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación, aunque sea por un breve tiempo” (Vicktor Frankl, 1946: 71)

 

Este fragmento del libro de Vicktor Frankl, “El hombre en busca del sentido” promueve a reflexionar sobre si el humor realmente ocupa el lugar que merece en la vida de las personas y en consecuencia en la práctica educativa del educador social.

A través de la literatura y el cine, entre otras formas de expresión, observamos como el poder del humor, consigue distender la tensión provocada por una situación dramática, o como en clave humorística el autor logra acercarse al espectador provocando diversos sentimientos. Cabe mencionar, como  ciertos humoristas a través de sus monólogos consiguen abordar temas políticos y sociales, que en otros contextos parecen tabú, por lo que podemos intuir el que el humor tiene un fuerte potencial en relación a la libertad de expresión.

Más allá de los medios de comunicación,  los cuales dado su carácter de conocimiento compartido se convierten en buenos ejemplos, la mayoría de personas han experimentado el humor en sus diferentes dimensiones, de manera que se convierte en un concepto, si no de una manera unificada, si por todos conocido.

 

Parece una relación lógica y coherente pensar que el humor se da en los momentos alegres de la vida, cuando las situaciones son fáciles, de manera que este fluye y surge de manera espontanea. En cambio el humor tomado como actitud frente a la vida, provocando su aparición en contextos complejos o incluso dolorosos puede ayudar a mejorar la situación o como mínimo, hacerla más soportable.

Los educadores sociales trabajamos en ámbitos donde encontramos realidades sociales y personales complicadas, Sáez Carreras define al educador social como el “profesional que interviene y es protagonista de la acción social conducente a modificar determinadas situaciones personales y sociales a través de estrategias educativas”(1993:183), pero cada una de estas situaciones personales es diferente y llena de particularidades, por ello sería imposible definir una estrategia o metodología única que ayude al acompañamiento educativo.

Fernández Solís considera el humor una asignatura pendiente en el ámbito educativo; “La acción educativa precisa  de la investigación en diferentes campos para enriquecerse y no anquilonarse en viejos planteamientos. El humor bien empleado, puede servir a los educadores como herramienta para conseguir los objetivos pretendidos” (2003:148)

Nuestra profesión requiere reinventarse casi a diario, debida la pluralidad que caracteriza a una sociedad, donde cada persona, pese a tener aspectos en común, vive, piensa y siente de forma única, requiere de creatividad para elaborar nuevas estrategias personalizadas en cada caso, y el humor aplicado desde una perspectiva pedagógica,  es posible que pueda configurarse como una herramienta, una postura frente a la vida no solo para los educadores, sino también para aquellos a los que vamos a acompañar, ya que el humor es algo que se aprende y por tanto que podemos transmitir como saber, así como su posible  utilidad para la elaboración de recursos y materiales educativos.

El humor se aprende


Utilizar un tono humorístico para explicar experiencias emocionales propias (sean inventadas o no) promueve el aprendizaje del humor, ver nuestras debilidades desde otra perspectiva y aceptarnos tal como somos.

            A veces me rio de mi mismo
 
 
“Hoy tenía que madrugar y no quería, me he enfadado tanto que he pegado una patada a la cama, ¡que dolor de pie tengo ahora!”,
 “Ayer tuve una pesadilla, me desperté y revisé toda la casa, incluso debajo de la nevera, nunca se sabe donde puede haber un monstruo gigante”
 
 
 
 
Ayuda a los niños a identificarse con el/la educador/a, lo toman como modelo de expresión y auto ironía y se ríen, lo que mejora su atención, a que retengan los aprendizajes y disfruten del proceso educativo.

Los educandos comprenden que se trata de humor, de bromas, pero aprenden que si sabes reírte de ti te aceptas más y que todo el mundo tiene debilidades.

Con el humor es más sencillo entrar en contacto con lo que nos supone una dificultad, con emociones que a veces no podemos entender o controlar.

Los resultados son lo más interesante, los educandos sienten menos vergüenza por sus sentimientos, se conocen mejor y se aceptan, a la vez que comprenden a los demás identificándose con ellos, con sus miedos, por lo potencia también la tolerancia.

La actitud del educador y la educadora social


La actitud que tomemos frente a una situación condiciona completamente el desarrollo de la misma, el humor en este caso nos permite manejarla de manera beneficiosa para nosotros como profesionales así como para las personas que estén involucradas.


El poder de la sonrisa

Antes de cruzar la puerta me dibujo una sonrisa, dejo parte de mí fuera para dedicarme a las personas que voy a acompañar. Este gesto es vital en mi trabajo ya que los sentimientos se perciben y se trasmiten, y si lo que quiero es transmitir optimismo no puedo ir cargada de problemas y preocupaciones. Esta actitud positiva a la vez me ayuda a reaccionar con creatividad delante de las posibles adversidades.

 
Esta actitud no solo nos ayuda a empezar cada jornada con entusiasmo, sino que también resulta muy útil para tomar una postura asertiva y mostrar confianza en nosotros mismos. Se convierte en un estilo propio que a su vez disminuye las ocasiones en las que pueden aparecer conflictos agresivos al evitar una actitud más dominante o autoritaria.